Por: Oscar Rossignoli
Editor de www.imagen-empresarial.com
Lo más seguro es que no.
¿Por qué digo esto? La mayoría de los gerentes de muchas empresas piensan que una situación de crisis le puede suceder a otras empresas, nunca a la suya. Grave error. No piensan en el manejo de crisis.
Yo sólo conozco 2 tipos de empresas: Las que han pasado por una crisis y las que pronto lo harán, y lo peor que le puede pasar a una empresa no es la crisis en sí misma sino estar completamente desprevenido, completamente vulnerable, no estar preparado, como sucede en la mayoría de los casos.
El pánico, la sorpresa, el daño a la imagen corporativa, el descenso brusco de las ventas sólo le sucede a una empresa que no está preparada para una situación crítica.
¿Por qué este aparente desinterés de los gerentes de las empresas?
Por imprevisión. Nadie espera una situación de estas, por lo tanto nadie se prepara. Esto es un error pues por muy buena que sea nuestra campaña de imagen institucional, por muy buenas relaciones que tengamos con la prensa, si nuestra institución es de servicio público o es de alta competitividad comercial, tarde que temprano un día nos vamos a encontrar con que nuestro nombre se ha convertido en titular de una noticia periodística de forma negativa.
Otro factor es por la escasa valoración que damos a la imagen corporativa. Todo es importante: Las ventas, las cuentas por pagar, las campañas publicitarias comerciales, a todo le ponemos mucha atención menos a nuestra imagen institucional.
Infravalorar los riesgos potenciales. Sucede frecuentemente que menospreciamos y subestimamos algunas situaciones que después se convierten en escándalos que llevan a una crisis. Un cliente mal atendido, una negociación que no fue transparente, una negación a atender a la prensa que llega en busca de una aclaración, etc., son suficientes para desencadenar una serie de situaciones negativas, pero generalmente no creemos que sea para tanto.
Identificación de la noción de crisis exclusivamente con catástrofes o accidentes imprevisibles. Creer que únicamente una inundación, una contaminación química o cualquier situación de estas connotaciones son críticas es un error que se paga caro.
Otra causa del desinterés es lo enredado y complejo que supone casi siempre la descripción sobre el papel de la comunicación de crisis en los libros sobre la materia. Libros que de comprensión sólo para sus autores o para personas de altísima escolaridad, además de costosos y escasos, es lo que hay disponible.
Concluimos entonces que identificar y actuar rápido en el manejo de crisis puede convertir a ésta en una magnífica oportunidad para lograr un reposicionamiento. Desde esta perspectiva, la comunicación de crisis debe ser entendida y asumida por la organización como un instrumento más para lograr una buena reputación corporativa.
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Saludos
Hace 16 años
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