martes, 26 de agosto de 2008

Cabildeo: Herramienta de influencia


Por: Oscar Rossignoli
Editor de
http://www.imagen-empresarial.com/


El cabildeo o lobbying (algunos usan lobby) es la capacidad para alcanzar un cambio específico en un programa o proyecto gubernamental. También es la capacidad de influir en un actor con gran poder de decisión. Las empresas aportan a las autoridades objetivo información que sustentará sus decisiones. Esta actividad es muy utilizada para influir en los congresos o parlamentos de los gobiernos en la aprobación, emisión, derogatoria o reforma de leyes.


Para alcanzar lo anterior se debe elaborar una estrategia específica que permita construir los escenarios prospectivos que pueden presentarse en torno al asunto en discusión, que pueden ser: Uno deseable, uno catastrófico y otro probable. En cada uno de ellos hay que proyectar las acciones y reacciones positivas y negativas que generaría determinada evolución del asunto en cada una de las audiencias clave.


El cabildeo se puede simplificar de la siguiente manera: Un proceso en el cual se fortalece la sociedad civil a través de promover su participación activa, organizada y planificada, para incidir en el ámbito de lo público, en el pleno uso de sus derechos humanos y constitucionales. Es decir, el cabildeo implica poder participar de manera directa en el diseño, la ejecución, el monitoreo y la evaluación de los programas gubernamentales o en el impulso de leyes o reglamentos.


Por ejemplo, cabildear en el Congreso para persuadir al cuerpo de que apruebe determinada legislación, introduzca cambios en un proyecto de ley o revoque leyes que ya figuran en los códigos, es una parte central de la forma de gobierno estadounidense, pero se trata de un proceso que a menudo deja perplejos a los gobiernos extranjeros, dicen expertos en ciencias políticas, periodistas y los propios cabilderos.


El presidente puede decir que quiere que determinada política se convierta en ley, pero eso no ocurre a menos que esté de acuerdo una mayoría de cada cámara congresional. "El elemento fundamental del cabildeo es conseguir que un miembro del Congreso vote por uno, por su objetivo o su causa", dice Meek. "Para lograr esto, uno tiene que convencer a esa persona de que puede hacerlo sin perder su próxima elección. Así es de simple".


Para hacerlo, en ocasiones es necesario movilizar a los electores de ese legislador mediante refinadas campañas a nivel popular y en los medios de comunicación, de modo que el público se entere de la cuestión y ejerza presión sobre el legislador para que vote a favor de la causa que uno sostiene, agrega Meek.


Cabildear tiene una "importancia enorme" en el funcionamiento del gobierno, señala Thomas Mann, director de estudios gubernamentales en la Institución Brooking, organización de análisis político con sede en Washington.


A medida que el Gobierno se expande y los problemas se vuelven más complejos, los miembros del Congreso y sus ayudantes, abrumados de trabajo, tienen que depender cada vez mas de expertos de afuera para obtener información.


Esto ha llevado al desarrollo de grandes firmas de cabildeo, capaces no sólo de establecer contacto con los congresistas y sus ayudantes, sino también de seguirles la pista a miles de reglamentaciones, colocar anuncios, hacer que los electores envíen cartas y hagan llamadas telefónicas y conseguir que sus portavoces se manifiesten en los medios de comunicación o en los periódicos a manera de posicionar posturas que pudieran volverse de gran aceptación o rechazo popular, depende del objetivo propuesto.


Las firmas de cabildeo por lo general se ocupan de asuntos congresionales y de las complejidades de la legislación, en tanto que las firmas de relaciones publicas atienden "más bien los medios de comunicación, o publican anuncios a nivel popular que harán que el público les escriba a sus congresistas", dice la abogada y cabildera Mary Lyman. Bastante a menudo, señala, una firma de cabildeo subcontratará a una firma de relaciones públicas el trabajo con los medios de comunicación.


Como ejemplo recordemos la intensa ofensiva noticiosa desatada con motivo del Acuerdo de Libre Comercio con Centro América y República Dominicana (ALCA). El acuerdo, que abriría el comercio entre Estados Unidos y varios países de la región, necesitó la aprobación congresional para entrar en vigor.


En los países suscriptores de estos acuerdos también se desarrollaron fuertes campañas de cabildeo para lograr que los congresos de cada uno de estos países aprobara la firma, en medio de serias y bien sustentadas campañas de las organizaciones populares y de izquierda que se oponían aduciendo más daños y asimetrías que beneficios en las economías de los países pequeños en comparación con los Estados Unidos.


Igual actividad cabildera o de lobbying se lleva a cabo actualmente en los países que buscan suscribir el acuerdo Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), formado por Venezuela, Cuba, Bolivia, Martinica, Nicaragua, Paraguay y Honduras. Hay acciones de cabildeo en los dos bandos: Los que están de acuerdo y los opositores en cada país.


En resumen, el cabildeo es un proceso:

- A través del cual se busca alcanzar cambios específicos en políticas institucionales.
- En el que es posible involucrar a varias organizaciones e individuos.
- Que generalmente es abierto y público.
- En el cual los grupos de ciudadanos hacen valer su derecho para tratar de cambiar la sociedad.
- En el que se recrea la democracia de manera integral.
- En el que se capacita a los ciudadanos para la influencia política.
- Educativo en el que se rescatan, tanto los saberes profesional y práctico de los ciudadanos.
- Que fomenta el trabajo de red entre grupos o instancias civiles, sociales y políticos.


En síntesis, el cabildeo busca influir en los tomadores de decisiones a nivel gubernamental y político de una manera profesional y estratégica. Es toda una profesión que se vuelve popular y necesaria en el ámbito de los países latinoamericanos hoy en día.

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